Este no es solo un cuento de una niña con un vestido de lunares. Es la historia de cómo un momento puede cambiar una vida. De cómo mirar hacia arriba puede enseñarnos quiénes somos.
Cuando el primer hombre pisó la Luna, una niña en Puerto Rico se sentó en el piso, tomó la mano de su hermano y decidió que los sueños grandes sí eran para ella.
Edad aproximada: 7-12